viernes, 3 de enero de 2025

NUEVA ZELANDA, AOTEAROA, VIVENCIAS EN LA NATURALEZA; Por Rosana Saburo

 

Nueva Zelanda, casi en el extremo sur del planeta, dos islas grandes y otras más reducidas, fue un viaje con significado a Naturaleza, pero a lo máximo, desde picos, lagos, volcanes, fiordos y glaciares.   

Desde España, tres vuelos hasta llegar a Auckland, la ciudad con más población, muchos kilómetros por delante hasta finalizar el viaje, de nuevo, tras la experiencia al volante en Bali, conduciendo por la izquierda.



La energía interna del planeta también aquí se mostraba visible como en Rotorua, en el parque termal Waiotapu, una maravilla termal, donde recorrer sus senderos era trasladarse a calderas, fumarolas, cráteres hundidos, una energía interna que aprovechó el pueblo maorí desde su establecimiento en Aotearoa, el primer nombre que dieron los maoríes a Nueva Zelanda, conectando plenamente con la naturaleza, aprovecharon el calor interno para actividades diarias como cocinar o bañarse.   

Las aguas subterráneas con elevada temperatura salían en forma de vapor, favoreciendo un paisaje de colores, por minerales oxidados, con marrones, amarillos, rojizos o azulados.

La conocida piscina de champán generaba una paleta de colores cambiantes, según la luz solar, los vientos, las tonalidades eran distintas.

Nueva Zelanda ha sido el exponente no sólo de la fuerza que la creó, continúa burbujeando, recordándonos que se mantiene muy activa.

Y la memoria histórica, esa que en muchas ocasiones se nos olvida, nos demuestra como el pueblo maorí supo vivir perfectamente en armonía con la tierra a la que llegó, aprovechando la energía termal en su vida cotidiana, respetando el entorno.

Enlace de interés:  https://www.newzealand.com/

viajarconrosana.blogspot.com

 


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