Había que esperar a que abriera sus puertas, era por la
tarde, comienzos de verano, estaba a punto de entrar en el Jardín-Huerta nazarí de Vélez de Benaudalla, conocido como “Generalife
chico”, provincia de
Era uno de los jardines andalusíes diseñados por Al-Ándalus en la península ibérica,
inspirados bajo cultura musulmana.
Entraba en un espacio de belleza y a la vez protección,
donde la naturaleza se integraba en el entorno.
Fue lugar de recreo pero también explotación agrícola, uniendo
en perfecta armonía lo espiritual, lo estético, lo psicológico,
botánico-científico y por supuesto, no podía faltar, el alimento.
Paraíso en la tierra, estimula los sentidos, tranquilidad,
experimentación con semillas y plantas de otros lugares, producción agrícola, frutales
y aromáticas, un lugar muy completo, para perderse.
La acequia, uno
de los ejes centrales del jardín, distribuía el agua por todo el recinto,
incluso caía en forma de pequeñas cascadas, en espacios verticales.
Las fuentes ofrecían
los sonidos relajantes del agua, además de su diseño arquitectónico, siempre
sobresaliendo del suelo.
En la huerta, los
árboles frutales como los granados, limoneros, manzanos o naranjos aseguraban
además de sus frutos, los colores y aromas de su floración.
Los perfumes en el jardín tenían que asegurarse con flores,
jazmines, rosas, lirios, nenúfares, el ambiente perfecto para, por ejemplo,
escribir, como así lo hicieron los poetas de Al-Ándalus.
Las funciones del jardín se extendían a todo lo social en un
espacio de paz, entorno ideal para la vida.
Enlace de interés: https://turismo.velezdebenaudalla.es/
viajarconrosana.blogspot.com