En la isla Sur de Nueva Zelanda, El Parque Nacional Fiordland guardaba un tesoro, Milford Sound, enclave Patrimonio de la Humanidad, una zona siempre marcada por la lluvia, como tanta que cayó durante el viaje y la visita, con unos acompañantes que no podían resistirse a picotear las gomas de las ventanas y otras partes del coche, eran los famosos loros kea, nativos del lugar.
El escenario no podía ser más apabullante, numerosas
cascadas bajaban de las montañas precipitándose hacia el fiordo, nubes bajas, cadenas
de montañas que se superponían en el horizonte, grandes espacios naturales en
comparación con el pequeño crucero en mitad de la estrechez del agua en medio
de afilados acantilados.
La niebla también jugaba al escondite con el paisaje, pero
los sonidos de las cascadas lo dominaban todo, permitiendo no salir del escenario
natural, aunque éste parcialmente no se viera.
Milford Sound fue escenario cinematográfico, unos paisajes
hermosos, muy valorados, también visitados y populares, por lo que, todo ello,
requiere una gestión adecuada para su mantenimiento que minimice el impacto de
visitantes en este entorno tan grandioso.
El
túnel de Homer conectaba el paso hacia Milford Sound y
principales ciudades como Te Anau y
Queenstown, a la salida, esperando la apertura del semáforo, nuevamente los
keas comenzaron sus picoteos al coche, era la despedida a una jornada marcada
por paisajes de vértigo, mucha agua de lluvia, infinitas cascadas, todo ello,
inabarcables en fotos.
Milford Sound fue espectacular, merecedor de valoración
como Patrimonio de la Humanidad.
Enlace de interés: https://www.newzealand.com/int/milford-sound/
viajarconrosana.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario