miércoles, 6 de diciembre de 2023

YELLOWSTONE, SANTUARIO DE LA NATURALEZA; Por Rosana Saburo

 Una de las razones principales que me llevaron a realizar mi primer viaje a Estados Unidos, fue visitar el Parque Nacional más antiguo del mundo, Yellowstone.

Ubicado entre los estados de Wyoming, Montana e Idaho, su extensión de más de 9000 metros cuadrados conformaban un auténtico santuario natural a descubrir.

Desde Las Vegas al pueblo de West Yellowstone, aguardaban muchos kilómetros que requirieron descansos periódicos, la llegada de madrugada al alojamiento, sólo permitió un breve descanso para amanecer ya con las miradas en el comienzo de tres días maravillosos de visita al parque.

No podían faltar los prismáticos, comida, bebida y por supuesto, el coche, compañero de viaje imprescindible.

A la llegada a la caseta de entrada al parque, aguardaba la compra del pase anual que permitía ingresar a todos los parques nacionales durante un año, comenzaban tres jornadas inolvidables de vida salvaje, paisajes imborrables y vivencias en un espacio único, irrepetible.

El gran cañón que desparramaba aguas del río Yellowstone se situaba en el centro del parque, en Canyon Village, formando una gran catarata de más de 90 metros.

Un espectáculo de colores turquesas, ocres, amarillos, daban un carácter hipnotizante a la visita de la laguna termal Grand Prismatic.

Los manantiales termales conformados a lo largo del tiempo con depósitos carbonatados mostraban coloridos rosáceos y blanquecinos, eran los Mammoth Hot Springs.

La carretera que conducía a Old Faithful, traducido viejo fiel, exhibía gran parte de los géiseres del parque, se concentraban en Geyser Country.

Old Faithful aguardaba la fidelidad de la Naturaleza, en espera de la cíclica erupción de agua caliente cada 60 ó 90 minutos, a más de 50 metros, una columna de agua hirviente muy esperada por los visitantes, aún con frío intenso.

Llanuras, bosques, praderas, el gran lago, paisajes impresionantes, sobresalía un valle, el de Lamar, con extensos prados en los que pastaban bisontes, no aparecieron los osos grizzly, lobos u otros felinos, aunque no paraba de observar con los prismáticos detenidamente.

Era un mundo aparte, cambiante, extraordinario, más aún en contraste con las primeras nieves otoñales que aparecieron, cumpliendo los pronósticos climatológicos de la tercera y última jornada en el parque, la nieve y las aguas termales, todo espectáculo natural.

Un gran destino que se preservó a lo largo del tiempo, desde las primeras incursiones de expediciones, al igual que, también preservado por sus habitantes, los indios nativos. 

Un privilegio visitar Yellowstone, una experiencia que siempre mantendré en mis recuerdos de viajes.

Enlace de interés: www.nps.gov/yell/index.htm

viajarconrosana.blogspot.com




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