Había que subir al mirador de Northcliff Hill para apreciar
la gran ciudad de Johannesburgo, tras curvas empinadas hasta el objetivo final
de acceso a la cima de la colina, los últimos rayos de sol presentaban todo el
esplendor de la gran urbe.
Era un lugar especial, visitado por locales y visitantes, con
opciones a sentarse a comer sobre cualquier piedra o banco de asiento, el sitio
generaba tranquilidad para ver el horizonte, incluso más allá de la ciudad.
Johannesburgo es cuna de la
Humanidad, a menos de 50 kilómetros se descubrieron fósiles en varios
yacimientos, de más de tres millones de años.
Historia desenterrada, al igual que los minerales y metales
que han generado tanta actividad minera en Johannesburgo.
Pero la gran urbe no descansa, destacando como espacio
comercial y financiero del continente africano.
Llegó la puesta de sol, momento para marcharse, había que
cumplir la máxima de al anochecer irse al alojamiento, las luces aparecían poco
a poco, pero en la ciudad y en todo lo visitado en Sudáfrica, durante la
oscuridad nocturna el ritmo baja a mínimos.
Al final de la jornada, con sensaciones de una ciudad sin
límites, abierta, una capital inquieta, no apta para la exclusión.
Viajar es vivir la historia, dejo ahora este mensaje de Nelson Mandela, el gran líder
sudafricano contra el apartheid:
"Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática
en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de
oportunidades. Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero
vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir".
Nelson Mandela.
Enlace de interés:https://www.southafrica.net/gl/en/
viajarconrosana.blogspot.com
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